lunes, 1 de mayo de 2017

Marcha BTT La Yesa. Valió la pena el madrugón.


El Circuito Serranía BTT 2017 no para y esta semana tocaba ir a La Yesa. Eso es igual a decir: acuéstate pronto que el madrugón de mañana va a ser bonico. Si además le unimos que la previsión meteorológica daba 'fresquito' y los 90 minutos de coche, tenía que valer la pena ir... y vaya que si lo valió.
Más o menos adelantados en la estrecha calle del arco de salida, nos juntamos Pablo, Arturo, Felipe, Ramón, 'Salobre', Xeni, Nico, Alberto, Edu, Joseph, Benja y yo. ¡Buena representación!



Las salidas, como siempre. Ya sabéis. La cuestión es que no tardamos nada en meternos en tierra y seguir con la subida por pista (camino de Palacio), en paralelo al barranco de Vallunquer, porque en los 9,5 primeros kilómetros tocaba cogerse al manillar e intentar calentar las piernas lo antes posible para que no se te atragantase demasiado el llegar a los 1511 m de altitud, sobretodo la segunda mitad (7% media).
La niebla casi que ayudaba, porque no te dejaba ver más allá de 200 metros y así te podías centrar en lo más inmediato.



El camino del Viso nos esperaba un poquito antes de coronar el alto de Sancho. Vaya senda. De las más bonitas que he bajado. Con el terreno húmedo pero no deslizante, despejada, curvas abiertas enlazadas de izquierda a derecha, con olor de tomillo, sin niebla para disfrutar de las vistas de la sierra de Javalambre. Brutal.
La bajada no terminaba al llegar a la rambla de la Abejuela. Que va. Quedaba terreno para ir rápido todavía.



Primero sería por camino para rodar con velocidad sin problemas. Más tarde pasaría a ser single track, sólo complicado en un tramo de 50 metros. La humedad de la rambla en este tramo encañonado y el barro que se iba acumulando, hacía que las rocas desnudas fuesen bastante resbaladizas, así que cada cual las pasó como su sentido común le dio a entender.



Sin darnos cuenta pasamos el límite de la provincia de Valencia y rodamos por la de Teruel mientras seguíamos hacia Abejuela. Allí una rampa de hormigón para subir a la localidad paraba drásticamente el ritmo. Mejor, porque de otro modo el avituallamiento líquido casi que nos lo hubiésemos pasado.
Salimos del pueblo, un poco más de bajada y ¿cómo llevas las piernas? Porque el camino de la Ceja, por el que se nos desvió, tiene dos rampones casi seguidos de 200 m cada uno al 12% de media, que te hacen recordar que estás en una marcha, amigo.



Una senda nos mete de nuevo en Valencia y nos deja en el cauce del barranco de Juan Blanquilla para que empecemos a remontarlo. Algo de agua pero, de nuevo, piedras a las que parece que les han puesto jabón. Cuidado... y a superar la ascensión que vendría después. 800 metros no parece mucho (8% de media) pero es que la pendiente iba aumentando a cada metro y esos 200 m finales al 13%, costaron.



El camino de la Abejuela sirvió para dejarse caer o dar pedales, mientras se recuperaba el aliento, haciendo metros directos hacia La Yesa. ¿Ya se ha terminado esto? Una rápida mirada al GPS te recordaba que sólo llevabas 26 km recorridos y te hacía pensar en el segundo bucle que viste al descargar el track. Pues al lío.
Por la rambla de Ahillas giramos para no entrar en el pueblo. Agua y barro... paso bajo un puente y, si necesitabas reponer fuerzas, el segundo avituallamiento allí estaba, con metros de descenso para comer con relativa calma.



Un falso llano de unos 1,5 km por el camino del Hoyo de la Cederilla parecía suficiente para recuperar sensaciones y si no lo fue, sufrimiento garantizado. Desvío a la derecha por una senda que estaba marcada con un premonitorio cartel que rezaba: El Tío del Mazo.
El objetivo era llegar al Collado de Aranda.
Tremenda subida siguiendo la trocha, dejando espacio con la bici de delante (si era el caso), encontrar desarrollo y empujar, empujar y empujar. Subida con dos peldaños (1 km y 500 m ambos al 9,5% de media) con un descanso de 200 metros entre ellos, para conseguir el premio de la bajada.



Descenso con escalones, más suelto, revirado... que te exigía, vamos. Y si pensabas que toda la subida ya estaba hecha, para nada. Quedaba una 'rampita' (300 m al 10%) que daba paso a una zona de llaneo previa, ahora sí, a una larga bajada. Senda que se unió al camino del Obrero, perdiendo pendiente a medida que volvíamos a estar, literalmente, en el cauce de la rambla de Ahillas.

Ojo que quedaba la sorpresa final: volver a rodar por la rambla implicaba arena, agua, barro y siempre picando hacia arriba. Duro a estas alturas, para qué decir otra cosa.
Sería lo último ya que, al tocar el asfalto, restaba rodar hasta entrar, por fin, en La Yesa, que te quitasen el dorsal y buscarnos para almorzar mientras comentábamos la jornada.


¡Ah! Y así quedamos:
Joseph: 24º general y 13º M30 (1:57:30)
Arturo: 41º general y 6º M40 (2:06:13)
Alberto: 58º y 6º Promesa (2:11:31)
Nico: 63º general y 16º Élite (2:12:54)
Felipe: 75º general y 21º M40 (2:15:30)
Pablo: 112º general y 41º M30 (2:25:30)
Xeni: 120º general y 27º Élite (2:27:51)
Edu: 129º general y 31º M40 (2:32:12)
Benja: 150º general y 41º M40 (2:39:06)
Paco: 189º general y 52º M40 (2:53:34)
Ramón: 240º general y 6º Veterano (3:43:34)
'Salobre': 241º general y 7º Veterano (3:43:34)

Pd: Algunos no tuvieron bastante y regresaron a Valencia en bici... ¡¿Qué le echáis al desayuno?!

Y no puedo terminar sin agradecer como siempre a nuestros patrocinadores DoyoubikePACOM Systems, Talleres Gonzalo, Prosolutions y Edetania Personal Bankers, por todo el apoyo que nos dan.

Hasta la próxima.

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Si quieres ver las fotos de la prueba, las tienes en la galería.

Aquí puedes descargar el track de la marcha.






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Crónica de Paco Pérez.

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