domingo, 28 de mayo de 2017

Ascensión al Xocainet


Se terminaron las marchas más o menos cercanas a Valencia y, para ser sincero, me apetecía salir en la bici de forma que todo fuese un poco más despacio, conversar mientras se da pedales, cambiar los avituallamientos por un bar para almorzar... 
Una docena nos juntamos este pasado domingo pedaleando por la Vía Verde Xurra: José Manuel, Luis, Martín, Gerard y su nueva Trek, Salobre, Miguel Salido, Rafa, Javi y yo, con tres nuevas incorporaciones, Eusebio, Paco Caballer y Walter.




La jornada preveía subir al Xocainet por Santo Espíritu, así que llegamos a la base del Coll de la Calderona con las piernas en temperatura de trabajo gracias al falso llano del camino de la Lloma... y si no, problema, porque empezaba la rampa hormigonada del camino de Sant Esperit y 2 km por delante al 4% de media.


Reagrupamiento de rigor en lo alto y a afrontar la primera bajada para acabar en Gilet por la CV-3280, con opción de asfalto (por el convento) o una corta pero agradecida senda (ojo con ese pino que aparece tras una curva a derechas). Senda, of course. Cada cual a su ritmo y siempre despacito y con buena letra, como dice mi madre.
Lo importante era llegar a Gilet para avituallarnos.



Desde las afueras del pueblo tocó volver a subir por donde habíamos venido y desviarnos por el barranco del Ermitans que, para quien ha ido por allí alguna vez, ya sabe que toca tirar de desarrollo para superar esos 3.6 km al 7% de media (rampas del 20%). Por suerte a medida que se va subiendo hay algunos momentos en los que el hormigón da un respiro y el camino se hace más amable... al menos lo necesario para volver a coger aire.



30 segundos en el refugio y a por la última parte, con mucha pendiente que superar hasta llegar a la Vereda de la Murta. Esta vez ya no contamos con una superficie más o menos lisa. Las piedras y raíces afloran, así que te tienes que exigir un punto extra... pero lo compensa cuando llegar a la parte alta y puedes disfrutar de unas espectaculares vistas.



¿Qué nos queda ahora? Pues disfrutar del tramo de bajada que es largo y plantea diferentes tipos de terreno: pista y camino con piedra suelta mientras se bordea el Morró y, una vez nos desviamos a la derecha para ir hacia la base del Xocainet, una larga senda que tiene en su primera parte, un tramo con mucha vegetación, de curvas suaves y luego se torna más árida y con más piedras. Nada que no nos impidiera llegar a la Casa del Dragón.


Quedaba zona de bajada todavía, más senda. Esta vez más técnica, pedregosa, con algún que otro escalón a tener en cuenta antes de tocar el asfalto de camino a Gilet. Volveriamos a parar (no en bar) para rellenar botellines en la fuente de la plaza de la Virgen de la Estrella y tirar hacia el camino de Lliria.



Más tarde vendría de nuevo la Vía Verde Xurra. Todos bien agrupados rodando hacia casa, comentando el día, etc. y, si darnos cuenta, fuimos 'neutralizados' por José y Mauro que venían de pasar la mañana con las de carretera por la Frontera y alrededores. Estos también llevaban lo suyo ya.



Resumiendo. Una mañana tranquila de bicicleta de las que hacen falta de tanto en tanto, con buena compañía... donde dar pedales es importante para mover la bici, pero más para despejar la cabeza después de una semana de trabajo. 

Y, claro, gracias a nuestros patrocinadores DoyoubikePACOM Systems, Talleres Gonzalo, Prosolutions y Edetania Personal Bankers.

Nos vemos en la siguiente.

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Si quieres ver todas las fotos de la salida, las tienes en la galería.

Y esto son los vídeos-resumen de la ruta. tres cámaras, tres perspectivas:

'Salobre'



Paco Pérez



Gerard Llario,


Si quieres descargarte el track de esta ruta, este es en enlace.





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Crónica de Paco Pérez

Los 10000 del Soplao


No sé cómo llegó a mi el enlace de la primera película oficial del Soplao, pero me impresionó. Llevaba muy poco tiempo en la bici, era el año 2014, y pensé que sería increíble poder participar en algo así...y aquí estoy, jueves 18 de mayo a las 17 horas con el coche cargado, los niños ‘empaquetados’ con los abuelos y mi mujer de copiloto, rumbo a Cabezón de la Sal. Han sido meses de preparación, no todo lo intensa que hubiera sido necesario, pero aún así, me encuentro como nunca y mi único objetivo es disfrutar de la experiencia.
Hacemos noche en Zaragoza y el viernes por la tarde llegamos a Cabezón de la Sal. El ambiente en el pueblo es impresionante. El total de participantes entre todas las disciplinas (casi 10.000) supera el número de habitantes del pueblo. Docenas de voluntarios, el parque lleno de carpas, bikers, andarines, ultras...un festival.
Tras recoger el dorsal y pasear por la zona decido volver al hotel y salir media horita a activar por la carretera que recorre el valle de Cabuérniga. Ducha, cena ligera, comprobar por enésima vez la ropa y la mochila y a dormir. Es extraño, pero no estoy nervioso…

5:15 de la mañana y ya estamos en pie. Hay que desayunar bien y con tiempo. Uf, está muy nublado y en el foro los madrugadores dicen que llueve en Cabezón…por algo le llaman “el orinal de Cantabria”. No estaba previsto, pero voy preparado para casi todo.
Cargamos el coche y a las 7:15 aparcamos. Unos 4.500 bikers y más de 2.500 andarines de la ruta a pie se agolpan por la calle principal del pueblo y las adyacentes. La lluvia es fina, pero obliga a ponerse el chubasquero. Hace fresco y la espera tensa los nervios. Finalmente, a las 8 suena ‘Thunderstruck’ de AC/DC y se da la salida.

Salimos de Cabezón por la carretera en dirección sur para coger el desvío a San Vicente del Monte. Se rueda muy ligero por la carretera, pero pronto se forma un tapón en las primeras rampas de San Cibrián, en el kilómetro 3. Medio puerto lo hacemos empujando la bici, pero el ambiente es muy bueno y vamos hablando unos con otros y pronto podemos subir a la bici y coronar a pedal. Enseguida el puerto de San Vicente del Monte, que podemos hacer subidos, y después el Alto de Carrancias, en el km. 19.
Hasta ahora estas tres tachuelas apenas han supuesto dificultad, al margen de alguna rampa dura, pero en el kilómetro 24 nos espera la subida a La Cocina, uno de los puertos famosos del Soplao. La subida es corta, con hormigón rayado y asfalto, con una pendiente media del 12% y un par de rampas muy duras. Conviene regular y no tratar de seguir ruedas más rápidas, esto es muy largo y luego se puede pagar.
Nada más coronar, tras un falso llano se inicia la subida a las Cuevas del Soplao por un tramo de carretera de unos 4 kilómetros. El desnivel no es exigente y la subida se puede hacer a buen ritmo. Las vistas son espectaculares, hacia el norte se puede ver San Vicente de la Barquera y el Cantábrico entre montañas cubiertas de vegetación. Al coronar nos espera el primer avituallamiento, abarrotado por bikers reponiendo fuerzas. Estamos en el kilómetro 30 y ya acumulamos 1.200 metros de desnivel.


Tras una parada rápida iniciamos la bajada hacia el pueblo de Celis. Posiblemente es la bajada más complicada del día, ya que se trata de una pista bastante rota en la que prácticamente hay una única trazada buena. Son 4 kilómetros de bajada que no permite descanso y que nos deja en el pueblo de Celis, donde hay mucho público animando.
Seguimos durante 10 kilómetros de falso llano por la carretera que une Celis con Carmona, donde tomamos un desvío hacia el diminuto pueblo de San Pedro, donde la organización ha metido como novedad un tramo de subida corto (320 metros) pero con rampas del 25%. Al final, el tramo nuevo enlaza con la famosa subida de Monte Aa, de casi 3 kilómetros con un 10% de media y varias rampas del 20%. La bajada de Monte Aa es rápida y muy limpia, aunque no exenta de riesgo. A estas alturas ya he visto varios compañeros siendo atendidos por médicos, así que no se puede bajar la guardia.
Llegados al avituallamiento de Ucieda hemos superado el primer tercio de la prueba. Los números son serios, ya llevo 61 kilómetros y casi 2.000 de desnivel. Pero el ánimo está alto y las piernas van respondiendo, a pesar de que los 6 puertos que llevamos tenían algunas rampas muy duras. Tan sólo me molestan los riñones, pero estiro un poco y tras comer algo y reponer bidones, continúo llaneando camino de uno de los gigantes de la jornada.


La subida a El Moral se inicia por una pista que discurre por un frondoso bosque. Junto a la pista está el sendero por el que también empiezan a ascender los participantes en la ruta a pie (50km con 2200+). Es una de las subidas más largas del día, casi 12 kilómetros al 6,3% de media, con varias rampas muy largas por encima del 9%. Es cosa de tomarlo con calma, coger un ritmo fácil de mantener y disfrutar del paisaje. A estas alturas de la carrera llevo 6 horas encima de la bici y los riñones ya empiezan a ser un problema.
La subida al Moral me lleva 1h40’, pero corono sin sufrir en exceso. Arriba el viento te deja helado y apenas paro un par de minutos a rellenar bidones. La bajada es espectacular, por una pista en buen estado que permite ir muy rápido. Son 10 kilómetros en los que no te puedes relajar, hay muchas curvas cerradas con grava suelta que provocan varias caídas.
La bajada acaba en la carretera que va hacia Bárcena Mayor y que va picando hacia arriba. En el avituallamiento de Bárcena ya llevamos 91 kilómetros y 2.800+. Trato de estirar, pero el dolor de riñones ya empieza a ser muy intenso y aún quedan 73 kilómetros con 2.000+, con la subida a Cruz de Fuentes a continuación, la más larga con 14,5 Km. De piernas voy bien, pero ya son 8 horas encima de la bici y quedan no menos de 5, así que decido volver por la carretera a Cabezón y completar el recorrido ‘Bronce’, más vale llegar entero que penar durante horas sin garantía de finalizar.

La entrada a Cabezón es espectacular. El público en las vallas aplaude y grita a los bikers, andarines y ultras que entramos en el pueblo. Cruzo la meta tras 9h17’, con 120 kilómetros y 2.901 metros de desnivel acumulado. Entero y muy satisfecho, tanto por cómo me he encontrado durante la prueba como por el trabajo de los meses anteriores. Analizando a posteriori creo que es probable que la hubiera acabado, pero quizá no la habría disfrutado como lo he hecho.
Una cosa tengo clara, en cuanto se abran las inscripciones me apuntaré. La experiencia ha sido única y hay que repetirla…y acabarlo.

¡Nos vemos en el Infierno Cántabro el próximo año!

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Crónica de César López

viernes, 26 de mayo de 2017

Higueruelas acaba en S de senda


El Circuito Serranía BTT llegó al parón de verano y lo hizo con, quizás, la marcha más esperada de todo el calendario de pruebas: la de Higueruelas.
No es de extrañar pensarlo; los 540 participantes inscritos así lo confirman y es que no mucha gente quería perderse el XX aniversario de esta prueba, que está muy bien valorada por las sendas que plantea el recorrido.
Un nuevo madrugón para acudir a la carpa del Team Doyoubike-PACOM que, otra vez, estaba hasta los topes. Hasta 18 nos juntamos allí para correr: Pablo, Arturo, Ramón, Xeni, Nico, Alberto, Edu, Joseph, Rafa, Nico, Luis, José, Perpiñán, Rober, Toni, Carlos, Julio y yo... más aparte el grupo de animación. ¡Qué grandes!


Emotivo minuto de riguroso silencio antes de dar la salida y, luego, cada cual a luchar consigo mismo durante las próximas horas... bueno, con uno mismo y con los que tienes al lado, al menos el primer kilómetro, que ya se sabe que hay una dura batalla por ir ganando posiciones.
Y allá que nos soltaron a más de 500 Quijotes cabalgando desbocados para enfrentarse a los molinos de viento del Collado del Alto, en el punto más alto de la jornada (1091 m) y a los que se llegaba tras un largo periodo de ascensión por la pista a la Pobleta (6,5 km al 6,5% media)

Xeni con las zapatillas prestadas de dos números menos de Rober. Él sí que apretó.

Como decía Alberto ya en la meta, mejor quitarse algo así al principio y así ya no te tienes que preocupar. Razón tenía. El grupo ya bastante estirado pasó por el primer avituallamiento líquido y nos dejamos caer por el rápido descenso, al que no había que perderle el respeto por lo suelto del terreno en la pista del Corral de los Clérigos.



Era obvio que el descenso tendría que acabar en algún momento... y así fue. Cuando se nos metió por el camino de la Canaleta, más típico de marcha, empezó un kilómetro que exigía un puntito más con respecto a la anterior subida (1 km al 8% de media) y que terminaba con una pancarta dándonos la bienvenida a la primera senda rápida del día, bajando el cerro de los Muertos hasta la base de la Peñarroya.







Allí enlazaríamos con la rambla de Peñarroya que, tras el paso por la cantera y siempre en descenso, acabaría por meternos en las calles de Higueruelas, completando el primero de los tres bucles que tenían como elemento común, el propio pueblo.
Esta vez saldríamos por el Sur, cruzando el barranco de las Mezquitillas y metiéndonos por la zona marcada como El Pinar.



No era un bucle especialmente largo (5,5 km aproximadamente), pero en el que sí estaba todo bastante concentrado, con cuatro subidas y tres bajadas. En la primera de ellas (700 m al 8% de media) me cazaron Perpiñán y Sevi fueron ellos quienes me guiaron por la primera senda de bajada y marcaron el ritmo subiendo el segundo repecho (500 m al 7,5% de media).



En la senda que siguió nos topamos con dos participantes que habían hecho un recto y volvían, por su pie, de entre los arbustos. Mucho ojo a la hora de encontrar tus límites...
Negociando unas horquillas realmente polvorientas acabamos en una pista ascendente (450 m al 9% de media), de camino al segundo avituallamiento. Parada rápida para cargar unas chuches y a seguir por un entretenido single track entre pinos antes de remontar el barranco de la Molina (1 km al 5% de media) y entrar de nuevo en Higueruelas.



Fin del segundo bucle e inicio del tercero en las calles asfaltadas, recibiendo el apoyo y aplausos de la comitiva Doyoubike. ¿Próximo objetivo? Llegar al Collado del Navajo.
Pero entre medias de la subida más o menos constante y para romper la monotonía, nos colocaron un kilómetro de senda (no siempre descendente) con algún tramo acotado por una barandilla, que acababa cerca del tercer avituallamiento en la Casa de la Tecla.



Fue en esta parte cuando nos cruzamos con Joseph que volvía andando con otros dos más, debido a un reventón. Una pena... y una pena también haberme parado a por más chuches porque Perpiñán y Sevi se me fueron y no fui capaz de alcanzarles. ¡Cómo van estos también!
El caso, que tras rodear las ruinas de la Hoya de Antaño, empezaba la ascensión como tal. Dos peldaños de 830 m y 450 m sobre el 7,3% de media que te eran recompensados con el descenso por la senda de la Discordia, cerca del Puntal de las Tres Cruces.





Otro kilómetro de senda que no presentaba mayor dificultad que la de disfrutarla: Fácil, abierta, con algún que otro escalón pero ideal para dejar correr la bici... Bueno, la bici o lo que cada cual escogiera. Arturo decidió que era el momento de soltar el bidón aunque luego se arrepintió al ver que no le seguía... Eso de ir a contracorriente jajajaja tienes espíritu de salmón.



Subir por la Solana de Mataja era el próximo reto, no porque fuese dura (salvo en algún repecho corto), sino porque los kilómetros empezaban a hacerse notar y esos 2,5 km podían empezar a atragantarse... a seguir dando pedales sin parar porque, como ponía en los carteles de la organización, ya habíamos pasado el km 30 y tampoco quedaba tanto como para 'dejarse llevar'.



Paso por el último avituallamiento y a devorar la senda de la Umbría Tecla (por el barranco de Barcelón). Lo mejor es que, al acabarla, todavía quedaba bajada por delante; se enlazaría con la senda de la Acampada (desvío del camino de Chelva) antes de pedalear por última vez en las calles de Higueruelas.



Una vez cruzado el arco, había que seguir el ritual de dejar la bici, ir a comer algo y empezar a compartir las batallitas y sensaciones con el resto de la familia... vamos, hacer tiempo hasta que fuésemos a recoger el premio por haber sido la tercera escuadra con mayor representación.


¡Ah! Y así quedamos:

Arturo: 24º general y 6º M40 (1:54:38)
Rafa: 74º general y 28º M30 (2:03:20)
Rado: 98º general y 39º M30 (2:06:52)
Nico: 136º general y 31º Élite (2:11:54)
Pablo: 159º general y 62º M30 (2:14:45)
Edu: 215º general y 53º M40 (2:23:20)
Xeni: 254º general y 48º Élite (2:29:57)
Luis: 266º general y 18º M50 (2:31:45)
Perpiñán: 310º general y 10º M40 (2:39:28)
José: 314º general y 126º M30 (2:39:37)
Paco: 324º general y 24º M40 (2:42:27)
Alberto: 341º general y 138º M30 (2:45:06)
Rober: 351º general y 142º M30 (2:48:16)
Julio: 368º general y 67º M40 (2:51:47)
Carlos: 377º general y 1054 M40 (2:55:10)
Toni: 412º general y 121 M40 (3:01:45)
Ramón: 480º general y 5º Veterano (3:38:38)
Joseph: Retirado.

Y no puedo terminar sin agradecer como siempre a nuestros patrocinadores DoyoubikePACOM Systems, Talleres Gonzalo, Prosolutions y Edetania Personal Bankers, por todo el apoyo que nos dan.

Hasta la próxima.

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Si quieres ver las fotos de la prueba, las tienes en la galería.

Este es el vídeo-resumen de la marcha, editado por Rober:


Aquí puedes descargar el track de la marcha (ojo porque mi gps, creo, fue un poco por libre en algún momento).






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Crónica de Paco Pérez.

miércoles, 17 de mayo de 2017

Monegros 2017


Por fin había llegado el día tan deseado: el reto de Monegros 2017. En esta ocasión acudimos Teresa, Majo, Jorge Perpiñán, César (Casper), Miguel, Rado y un servidor (Ángel).

Madrugamos un poco para desayunar bien y desplazarnos hasta Sariñena para ir a recoger los dorsales con tiempo. Además algunos aprovecharon para hacerse una fotitos con los famosos que estaban por allí y volver a los coches a pegar un bocado antes de empezar la marcha, ya que la salida era a las 12h e iba a ser bastante larga.
El tiempo parecía que acompañaba bastante ya que estaba soleado y no hacía aire, aunque si que sabíamos que se anunciaba un día nublado y posiblemente se escapara alguna gota.


Después de estar un poco de risas y de llenar las barrigas para coger fuerzas, empezamos a preparar todo lo necesario para realizar el resto.
Majo realizaba la media maratón y como sherpa le acompañaba Jorge Perpiñán para ayudarla a cumplir su reto: poder pasar juntos por debajo del arco (el cual el año pasado por culpa del aire se retiraron y no tuvieron para que él le pidiera matrimonio).


Teresa muy valiente se atrevió con el reto de la maratón y contaba con Rado como sherpa, el cual es raro verlo con mochila, pero para la ocasión se la puso muy contento.
Este año contamos con la fotógrafa Toñi (mujer de Miguel) que decidió acompañarnos en este reto para intentar realizarnos fotos, y que como otra campeona, se pegó 8 horas prácticamente sola para poder conseguir esas fotos y darnos animo al paso de meta que a todos tanto nos gusta.

Después de todas las preparaciones comenzamos a buscar cada uno su cajón. Me coloqué con Miguel en el primer cajón, Cesar salía del tercer cajón y Teresa y Rado salieron del cuarto cajón.
Majo y Perpiñán hasta las 13:30h no comenzaban a hacer la media maratón por lo que se colocan en la subida del pueblo para animarnos en la salida.
Como los años anteriores se dio la salida puntual y con el cielo ya cubierto por bastantes nubes comenzamos el reto cada uno buscando un ritmo que pudiéramos aguantar a lo largo de los 118km que teníamos que realizar.
Como el año pasado disponíamos de 5 avituallamientos de los cuales el segundo y cuarto tienen comida.
Según íbamos realizando el recorrido, nos encontramos con algún pequeño charco ya que unos días antes llovió por la zona lo que nos hace pensar que el terreno va a estar muy bien.

Llegué al primer avituallamiento que está justo antes de la primera subida larga y decidí hacer una parada rápida para rellenar botellín, beber un poco y estirar un poco las piernas. Miré a lo lejos y vi aparecer a Miguel que también paraba. El Jabalinaco llevaba un ritmo muy bueno, lo saludé y salí pitando con la esperanza de que a ese ritmo no tardara en pasarme.


Seguimos sumando kilómetros y el día nos daba un poco de sol que enseguida se nos va y se queda nublado pero que se agradece mucho.
Nos encontramos con zonas con la tierra muy seca y que se levanta mucho polvo, cosa que pensábamos que no íbamos a tener y sin embargo no llegaba ni a apreciar la bici que iba delante mía a medio metro.

Llegué al segundo avituallamiento y decidí no parar en este ya que me veía bien y todavía me quedaba suficiente agua para llegar hasta el siguiente
Fui todo el rato esperando a oír la voz de Miguel alcanzándome, pero cuando Miguel pasó el segundo avituallamiento en el que también decidió no parar y se alejó 8 kilómetros, oyó una explosión y se da cuenta que ha sido su rueda trasera. Intentó pedalear para ver si el líquido sellaba, pero en vista que no, paró y miró la rueda. Se le hizo una raja bien maja y entonces fue cuando Miguel transformó la maratón de Monegros en un duatlón, ya que se tuvo que volver hasta el segundo avituallamiento andando con la bici durante una hora. Según lo vieron llegar al taller con cara  de desánimo, lo primero que le dicen es “tranquilo que la terminas”, y en 20 minutos se cambiaron la cubierta poniéndole una cámara y cubierta nueva gratis, ya que le dijeron que Orbea cubría las averías. Una vez reparada se volvió a montar e intentó alcanzar a César, al cual se lo encontró cuando ya estaba llegando al pueblo para que le reparasen la bici.



Después de mucho polvo, un poco de aire y un día nublado (pero con una temperatura muy buena para rodar), fuimos llegando a meta donde nos esperaba una fideguá con hamburguesa.
Poco a poco nos fuimos juntando en el pabellón; primero me encuentré a Casper que había hecho un tiempazo y poco después vi a Miguel a lo lejos, lo llamé y nos juntamos. Nos empezó a contar toda la batalla que había vivido, y después de toda su aventura, miramos el tiempo que ha realizado y vemos que de no haber sido por el reventón habría logrado un tiempo magnífico. Así que nos dijo que igual toca repetir en la Monegros 2018 porque se le ha quedado una espinita con el reventón.



Fuimos haciendo tiempo y al final llegaron las chicas como unas campeonas terminando con buenos tiempos. Sin embargo Majo llevaba el codo abierto desde la mitad de la marcha así que al acabarla, acudió al puesto de la Cruz Roja donde le pusieron seis puntos.
En resumen, fue un día maravilloso y una experiencia como siempre única, hubo muchas risas, muchas batallas que contar y muchos objetivos cumplidos.
Próximamente más retos a la vista con la familia DOYOUBIKE-PACOM.



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Todas las fotos de la prueba las tienes en la galería.